Patxi López es el primer lendakari que promete respetar la ley. Podría parecer una frase obvia en la toma de posesión de un cargo público pero, tratándose del País Vasco, lo obvio a menudo no es lo real. Parece que con López, y con el apoyo del Partido Popular, algo va a cambiar en España, en general, y en esa comunidad autónoma, en particular.
Por lo pronto, y no es poca cosa a mi entender, se invitó a las víctimas del terrorismo de ETA a acudir a la ceremonia. (Señalo entre paréntesis que los altos cargos del PNV no quisieron acudir, acto y actitud que hablan por sí sólos). Para las víctimas fue un momento de gran emoción puesto que, una vez superado el duelo por su pérdida con la asunción de que el dolor les acompañará el resto de sus días, ahora lo único que desean es respeto y consideración. Al fin y al cabo, son ellos los que más han sacrificado en esta amarga lacra sin sentido que sufrimos todos.
Con ese respeto y consideración, de algún modo, se sienten reconfortados en su padecimiento y algún sentido le encuentran, si es que esto es posible. En cualquier caso, el reconocimiento a las víctimas es el primer, obligado e ineludible paso para recobrar la democracia y la libertad ausentes en el País Vasco, o, lo que es lo mismo, en España.